A continuación te presento la lógica de Dios, en donde no vale mucho lo externo que puedas enseñar, sino lo que de corazón tengas producto de la obediencia.

En Lucas hay un suceso que para mí es uno de los momentos que considero muy impactante; cuando Jesús da una lección sobre la manera de como Dios mide la acción de dar. Sí, sabemos que la ofrenda de una persona no se determina por la cantidad que da, sino por el sacrificio que hace para dar.

Ahora, estos ricos daban de lo que le sobraba y pues era obvio, no les costaba nada. Por otro lado la ofrenda de la viuda, al contrario, le costó todo. Ella dio tanto como podía.

Y permiteme traer esto a un día como hoy, porque este principio se puede aplicar a todo lo que puedas considerar como el servicio que le prestas al Señor.

El ser de verdad importante para Dios es cuestión del espíritu y del corazón. ¿Por que lo digo? Porque sencillamente sin exteriorizar, sin presumir y sin alardear; se ve en la persona que expresa: su fe y amor a Cristo con humildad sincera, el deseo de servir a Dios y al hombre, y la buena voluntad de quien la considera al menos importante en el reino de Dios. 

-Pst. Andrés Bonza